Jack Ma, uno de los emprendedores más importantes en China, habla en un famoso video viral sobre la vital importancia de admirar a alguien antes de cumplir los 30 años y de forjar lo que seremos en el futuro. Admirar a alguien, más que decir lo que somos, dice lo que aspiramos a ser. Cada tanto tiempo y bajo la particular –o egoísta- percepción de cada individuo se mencionan a personajes que han cambiado el mundo, desde un Winston Churchill en la política a un Steve Jobs en lo que respecta a empresarios innovadores.
Está ese otro tipo de admiración. Una más íntima y personal dirigida hacia individuos que no han cambiado el mundo pero sí que han cambiado el nuestro como tal.
Y finalmente, hay un tercer tipo de admiración. Una mezcla intermedia de las dos anteriores. En esta admiramos a personajes que han sabido labrarse su camino. No sabemos cuánto han cambiado el mundo o afectado el curso de la historia (aunque tienen una gran importancia en algún área de ella) pero definitivamente han afectado el curso de nuestra historia personal, inspirándonos de algún modo.
Hoy quiero escribir sobre admiración. Quiero utilizar como mero pretexto el aniversario número 30 del mítico álbum “So” de 1986. Quiero escribir sobre historias humanas de éxito, de las netas. Quiero escribir sobre Peter Gabriel.
Nacido en 1950 en Chobham, Surrey, Reino Unido, la historia de Peter Brian Gabriel en el rock internacional es algo intrincada y digna de conocerse a fondo. No podríamos hablar sobre ella sin mencionar una de las etapas más importantes de su carrera. La que dio origen a esta y cuya finalización también marcó el rumbo que seguiría Peter como tal: Su estancia en el famoso grupo británico Genesis.
Gabriel forma el grupo de rock progresivo Genesis en 1967 junto a sus compañeros de secundaria Tony Banks, Mike Rutherford, Anthony Phillips y Chris Stewart. Tras una serie de cambios naturales en el grupo, la formación clásica queda compuesta por Tony Banks (teclados), Mike Rutherford (bajo y guitarras), Steve Hackett (guitarra líder), el virtuoso Phil Collins (batería y percusión) y Gabriel (voz y flauta).
Los entendidos del grupo Genesis sabrán que su historia se divide en dos definitorias etapas, la primera de ellas abarcando de 1970 a 1975 con Gabriel al frente. Aquella etapa causó conmoción en diversos países de Europa, no solo por su increíble calidad musical -que a gusto de quien escribe representa perfectamente lo que es el rock progresivo-, sino por los bizarros performances protagonizados por un joven y rebelde Peter Gabriel, que ansiaba darse a notar a toda costa.
Inspirado por el surgimiento de un excéntrico joven de nombre David Bowie, Gabriel empezó a llevar el nivel bizarro de sus presentaciones al siguiente nivel con personajes que incluían a Britannia (una especie de parodia nacional del Reino Unido), Rael (un joven punk puertorriqueño con ansias de triunfo) y Slipperman (una grotesca criatura de la que casi no se encuentra material en la actualidad). Inspirado por el teatro del absurdo y el surrealismo propio de la época, Gabriel encabezaba alocadas presentaciones. Algunas veces estos personajes tenían coherencia dentro de la historia de la música pero otras veces simplemente estaban insertadas para provocar. Durante esta etapa, en algún momento Gabriel se afeitó toda la parte frontal de la cabeza y en algún concierto tomó prestado un vestido rojo de su entonces esposa y se puso una máscara de zorro para salir al escenario, convirtiendo el momento en algo emblemático y que se ha quedado para la eternidad. Todo ello nos habla de un tipo con las pretensiones de provocar artísticamente, de alguien tratando de encontrarse a sí mismo a través de sus creaciones en una época en la que lo excedido y las sorpresas eran el día a día.
La rebeldía (y tal vez arrogancia) de un joven Peter Gabriel quedaría reflejada en muchas de sus letras. “Dime que mi vida está a punto de comenzar. Dime que soy tu héroe. Prométeme todos tus sueños violentos. Ilumina tu cuerpo con furia” canta Gabriel en la canción “The Knife”, perteneciente al álbum “Trespass” de 1970.
Participando activamente en la dirección creativa del grupo, las rencillas no se hicieron esperar y tras un tiempo de trabajo en un ambiente algo hostil, en 1974 llegaría el último álbum de Genesis con Gabriel al frente: El espectacular “The Lamb Lies Down on Broadway”, un álbum conceptual que narra el viaje de Rael, un joven puertorriqueño que intenta probar suerte en una Nueva York confusa e irreal, haciendo una alegoría al propio viaje de autodescubrimiento al que Gabriel se sometía en esos momentos. Con poderosas melodías de rock progresivo, “The Lamb Lies Down on Broadway” representa el fin de Gabriel en Genesis. El álbum fue admirado por un cierto sector de la crítica, no solo por el nivel interpretativo del grupo en general sino por el verdadero valor artístico y conceptual del álbum, mientras que fue vapuleado por otro sector, incluidos sus entonces compañeros, quienes se oponían a la dirección en la que Gabriel intentaba llevar al grupo. Estas rencillas internas más el embarazo de la entonces esposa de Gabriel hicieron crecer más la crisis cuando el grupo se encontraba probablemente en uno de sus mejores momentos. Ese fue el punto de inflexión para el Peter Gabriel que hoy conocemos. Podría haber seguido en Genesis, haber cedido a las peticiones de sus compañeros de seguir un camino más convencional y convertirse en otro de los tantos rockstars con vidas complicadas y llenas de exceso que conocemos y admiramos. En su lugar, decidió abandonar el grupo y comenzar de cero en un ambiente artístico en donde no había garantía de nada.
Esa es la historia básica de la primera etapa de Genesis. La artística y trascendental. La que tuvo a Peter Gabriel al frente. La segunda etapa es la que es reconocida por el gran público. Esa en la que el virtuoso baterista Phil Collins de pronto descubrió tener una buena voz y entró al quite sustituyendo a Gabriel como vocalista y convirtiendo al grupo en un trio completado por Rutherford y Banks. Sin Gabriel, el grupo se sostuvo con bastante clase por un par de años hasta que llegó el pastiche los 80s y el Genesis que había marcado la historia del rock progresivo terminó convirtiéndose en algo popular, accesible y feliz que llenó estadios hasta el cansancio. Esa es otra historia.
Gabriel, por su lado, comenzó una carrera como solista en la que empezó a darse a notar poco a poco. Fuera de Genesis, escribió “Solsbury Hill”, una entrañable y esperanzadora canción en la cual narraba su sentir tras dejar el grupo y embarcarse en un viaje de incertidumbre. “Me sentí parte del decorado. Salí de aquella maquinaria… Observado por vacías siluetas que cierran sus ojos pero pueden ver. Nadie les enseñó normas de etiqueta. Les mostraré otro yo. Hoy no necesito que me sustituyan. Les mostraré lo que significa esta sonrisa en mi cara.” prometía Gabriel en la apacible canción que cerraba su primer álbum.
Estos primeros cuatro álbumes (todos llamados “Peter Gabriel”) tras dejar Genesis continuaban arrastrando muchas de las obsesiones experimentales que Gabriel desarrolló desde sus inicios como artista pero a la vez ofrecían contenido más accesible y lleno de espíritu, mostrando a un Gabriel reflexivo y contento con la vida. Gabriel comenzó a aparecer con una imagen totalmente sobria y alejada de sus personajes, mostrando quien era en realidad. No fue fácil forjarse un camino, sus ex compañeros vendían millones de discos y eran más populares que nunca. El camino de Gabriel fue distinto, uno difícil que no dio resultados inmediatos pero que si estuvo lleno de libertad creativa y genuinidad artística. “Yo tomé el viejo camino. El hombro hundido, a través de las aguas… Si los mares otra vez se calman y aun viven algunos, serán aquellos que dieron su isla para sobrevivir” canta Peter Gabriel en “Here Comes the Flood”, perteneciente también a su primer álbum homónimo.
“Cuando la noche aparece las señales crecen en los radios. Todas las cosas extrañas van y vienen como advertencias tempranas.” comienza cantando en “Here Comes the Flood”. Por aquel momento, un idealista Gabriel pensaba que las señales en los radios propagaban energía y las personas podrían establecer una conexión mental gracias a ella. Y esta energía no hacía más que crecer por la noche. Básicamente esto significa que si una noche llegas harto de tu trabajo o de como marcha tu vida y te quedas en tu carro escuchando música -Llámalo música popular, llámalo los Stones, llámalo Vivaldi- probablemente nos estamos comunicando entre nosotros y diciendonos “Todo estará bien hasta que termine la rola”. Pura empatía musical.
Gabriel comenzó a interesarse por las causas políticas y sociales creando la emblemática canción de protesta “Biko” en 1980, dedicada al activista político sudafricano Steven Biko, asesinado por la policía en 1977. Este interés por las causas sociales ha acompañado a Gabriel durante toda su carrera.
El éxito finalmente alcanzó a Peter Gabriel en 1986 con el muy importante álbum “So”, que en 2016 celebra 30 años de existencia. Reconocido como uno de los mejores álbumes de la historia por la revista Rolling Stone, “So” representa un primer acercamiento verdadero al gran público por parte de Gabriel, dejando de ser un “artista de culto” para convertirse en una estrella de la música. El resultado fue brutal. El álbum logro posicionarse en el número 1 por varias semanas en muchos países y recibió cinco discos de platino en los Estados Unidos.
El innovador videoclip del primer sencillo del álbum (y la canción más exitosa de Peter) “Sledgehammer” es hasta la fecha el video mas transmitido en la historia de MTV, además de tener el record de más premios para un solo video en los MTV Video Music Awards, llevándose 9 estatuillas.
Parecido a lo que hizo Paul Simon con “Graceland”, “So” es también una mezcla de ritmos africanos, pero a la vez agrega ritmos brasileños, funk, soul, música ambiental, rock y pop en una ecléctica mezcla que representa su obra más comercial y accesible. Aun así, una obra maestra fiel y adecuada a su esencia. De pronto, Gabriel empezaba a cantar sobre amor en la emblemática “In Your Eyes”, mandaba un mensaje inspirador a la gente en dificultades económicas con “Don’t give up” a dueto con Kate Bush y homenajeaba a la poetisa Anne Sexton con la increíble “Mercy Street”. Todas grandes canciones aderezadas con “Sledgehammer”, una canción bailable llena de poderoso funk que se convirtió en uno de los temas más emblemáticos de los 80s.
“So” es también el primer álbum de Peter en llevar un titulo. Es el primero de una trilogía compuesta por títulos cortos que sería continuada por el también fantástico “Us” en 1992 y terminada por el correcto “Up” en 2002. Gabriel, como el amante de la música que es, afirma que la portada del disco es más importante que el titulo en sí y por ende es vital no robarle mucho espacio.
Recordado por el artista excéntrico que fue como miembro de Genesis o por el corazón de su música como solista, la importancia del señor Peter Gabriel en la música es innegable. El camino que siguió apartándose de todos los preceptos que deberían seguirse según el “manual del rockero promedio” para poder desarrollarse creativamente y aun así ser una artista de éxito es una historia que no podemos contar con muchos otros personajes.
Gabriel es amante de la música. Sigue un marcado discurso de paz, más creíble y genuino que el de Lennon. Gabriel canta a la vida en todos sus aspectos, los bonitos y los que no lo son tanto. Canta al amor –de pareja, a la vida, a Dios-, a la comunicación interpersonal, a los desfavorecidos, a la gente que pasa por un mal momento. Su lirica está llena de empatía y eso es lo que regularmente promueve su música. El instrumento para lograrlo es simplemente calidad y fidelidad a sí mismo. Es el “niño bueno” del rock, la influencia positiva en medio de un mundo de excesos e insurrección que con el paso del tiempo se ha quedado obsoleta. La verdadera revolución mental a través de la música. Y es también el ejemplo perfecto de un renacer como artista del cual podemos tomar dos o tres ideas. En pocas palabras, Peter Gabriel hizo lo que se le pegó la gana y triunfó. Todo a su manera.
Tras más de 30 años, Gabriel se reunió con sus ex compañeros de Genesis en 2014 para el documental de la BBC “Genesis: Together and Apart”. Tras un par de risas y verdades salidas a la luz en el reencuentro, este es el mensaje que Gabriel mandó a sus seguidores:
“Nunca subestimes la diferencia que podrías llegar a hacer. En todo lo que he hecho, en cada etapa, he visto a personas que son mejores y más inteligentes que yo, y eso no me ha disuadido.
Esto es lo que le digo a la gente joven en todas partes: No te limites a ti mismo ni a tus expectativas. Si quieres hacer la diferencia, si quieres cambiar el mundo, todo está ahí…”