Un 3 de junio de 1988 se estrenó Big, a la cual conocimos como “Quisiera ser grande” en México. Dirigida por Penny Marshall (Despertares) y protagonizada por un muy joven Tom Hanks, “Big” fue la comedia más exitosa de aquel verano de 1988.
Este clásico recordado por los amantes del cine ochentero narraba las desventuras de Josh, un niño de doce años que tras pedir un deseo en una feria se despierta como un hombre de 30 años a la mañana siguiente. Irreconocible para sus padres y solamente con su mejor amigo Billy como apoyo, Josh deberá adentrarse en la gran ciudad con una ardua tarea sobre sus hombros: Ser adulto.
Tras encontrar trabajo en una fábrica de juguetes, Josh parece sobresalir sobre los demás por comportarse y pensar como un autentico niño. Se gana el respeto de su jefe (y es ascendido a vicepresidente), la envidia de algunos colegas e incluso logra que una de sus compañeras, abrumada por su trabajo y sus relaciones, vuelva a creer en la vida a través de él. Pronto Josh comenzará a convertirse en un verdadero adulto también por dentro y deberá decir donde pertenece realmente.
Big es una película inspiradora e hilarante a partes iguales. Destaca por no ser la típica comedia familiar y en su lugar introducir situaciones más subidas de tono de lo habitual, pero lo hace de una manera tan cordial que se convierte en un valor agregado. Lo más interesante de ella es el épico contraste que nos muestra entrañablemente las diferencias entre ser niño y ser adulto. Josh empieza a sobresalir y a inspirar a las personas a su alrededor que han perdido esa magia en la vida y las relaciones interpersonales, y lo único que hace para lograrlo ser un niño, atrapado en el cuerpo de un adulto, pero al fin un niño en mente y alma. Se adentra en una relación con Susan, (una vulnerable y entrañable Elizabeth Perkins) una mujer que no cree en nada ni nadie y vemos como Josh la va convenciendo de volver creer simplemente siendo el mismo y prácticamente sin saber lo que está haciendo. Lo dicho, con la
inocencia de un niño. Eventualmente Josh tiene la vida hecha, pero entiende que ahora tiene que crecer de verdad. Se pierde en su trabajo, su relación con Susan se tambalea, se aleja de su amigo Billy. Se convierte en un verdadero adulto. Es entonces cuando debe decidir a qué edad y lugar pertenece.
Con toques de fantasía como un mero pretexto para analizar esa transición del personaje hacia la inentendible y aterradora vida adulta, Big destaca por ser una de esas disfrutables comedias ochenteras a las que no les cierras el paso y puedes ver una y otra vez cada tanto tiempo. 28 años de risas que marcan apenas los inicios de un joven Tom Hanks que se convertiría en una verdadera estrella no muchos años después. Big es una comedia divertida con un discurso importante e inteligente al cual hay que saber leer y recordar cada tanto tiempo. Un verdadero clásico que recordamos en esta semana por el aniversario de su estreno en cines.
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