Uno de los compositores y cantantes de folk más importantes de la cultura musical contemporánea. Nacido como Stephen Demetre Georgiou un 21 de julio de 1948, en Londres, Inglaterra, como el menor de tres hijos. Sus padres eran dueños de un restaurante. La familia vivía en un pequeño apartamento encima, donde Stevens aprendió a tocar el piano. El brillo, el glamour y la presencia cercana del teatro de West End representaron una fuerte influencia sobre el joven músico.
A pesar de que se le educó en casa con una fe ortodoxa griega, los padres de Stevens optaron por mandarlo a una escuela católica. La combinación de las dos influencias religiosas le ayudó a desarrollar una fuerte conciencia moral en su música.
A la edad de ocho años, los padres de Stevens se divorciaron, pero siguieron cohabitando. Incluso en medio de esta agitación en su vida, el joven siguió mostrando un talento natural para sus actividades artísticas. En 1963, con 15 años de edad, inspirado por los Beatles, convenció a su padre de que le comprara una guitarra. El adolescente comenzó rápidamente escribir y a tocar sus propias canciones.
En julio de 1964, mientras asistía a la Escuela de Arte de Hammersmith, Stevens hizo su debut en la música en un bar local. Esto lanzó su carrera de manera informal. Un año después, logró un contrato como compositor, y adoptó el nombre artístico de Cat Stevens.
Durante este período, vendió el hit “The First Cut is the Deepest” al cantante de soul P.P. Arnold . La canción fue un éxito instantáneo y posteriormente ha sido versionada por otros cantantes como Rod Stewart y Sheryl Crow. Un año después, a la edad de 18 años, Stevens pronto lanzó su primer álbum, Matthew & Son, el cual ayudó aún más a impulsar su carrera.
Aunque Stevens estaba empezando a experimentar cierto éxito como estrella del pop, el anhelaba grabar algunos de sus temas más experimentales. Su discográfica se negó, insistiendo en que Stevens había sido posicionado como una figura para atraer a un público adolescente y debía continuar en esa línea. Esto llevo al cantante a tener una fuerte depresión y a refugiarse en el alcohol. La tensión y su estilo de vida fiestera le cobraron factura en su salud ya que en 1968 se le diagnosticó tuberculosis. Un período de tres meses en el hospital le dio tiempo a Stevens para reflexionar y reevaluar su acercamiento a la vida.
Aunque Stevens había tenido cierto éxito en el extranjero, el lanzamiento en América del grandioso “Tea for the Tillerman” (1970) y el single “Wild World” convirtieron a Stevens en una verdadera estrella en los Estados Unidos. El álbum fue disco de oro y renovó el interés en sus discos anteriores, convirtiéndose en un creador de éxito.
“Ahora que te lo he dado todo dices que quieres empezar algo nuevo.
Y eso me está quebrando el corazón. Te vas. Estoy sufriendo.
Pero si te quieres ir ten cuidado. Espero que tengas un montón de cosas agradables que vestir, porque un montón de cosas se pueden poner feas allá afuera” cantaba Cat Stevens en “Wild World”, una conmovedora y triste canción de amor que retrata el dolor de un hombre que debe dejar a su amada irse y salir a un mundo peligroso y lleno de incertidumbre que hacía referencia a la propia lucha de Stevens, convertido ya en todo un rockstar a quien le había llegado la fama mundialmente, aunque había “algo” que le faltaba en su vida.
En el mismo álbum se incluye “Father and Son”, una bonita canción que se comprende de las sabias palabras que un padre dice a su hijo reflejando también la incertidumbre de la vida adulta y de todo lo que inevitablemente el hijo está por vivir “Mírame, yo soy viejo, pero estoy contento. Yo fui como tu, y sé que no es fácil. Con tranquilidad puedes encontrar lo que buscas pero tomate tu tiempo, piénsalo mucho, piensa en todo lo que tienes. Por ti estas cosas estarán aquí mañana, pero puede que tus sueños ya no” enuncia la letra.
Stevens experimentó posteriormente un éxito sin precedentes con hits omo “Peace Train”, “Morning Has Broken y la entrañable “Moon Shadow”. En 1972 graba el soundtrack de la película de culto “Harold and Maude”, dotando de gran corazón a una película ya de por si rebosante de vida.
“¿Sabes? El amor es mejor que una canción. El amor es a donde todos pertenecemos. Así que no seas tímido, simplemente deja que tus sentimientos rueden. No tengas miedo o nadie sabrá que estás ahí” dice Cat Stevens en la canción “Don’t Be Shy”, la cual abre la película en una tétrica escena llena de humor negro que de algún modo contrasta con la música amable y esperanzadora que Stevens regaló a la cinta. Esta extraña y encantadora mezcla que pareció rara a mucha gente en aquel momento se convirtió en uno de los proyectos más entrañables y adelantados a su tiempo que nos regaló la década de los 70’s.
Su siguiente álbum, Catch Bull at Four (1972), permaneció en la cima de las listas de popularidad por tres semanas, por lo que se convirtió en su más exitoso lanzamiento americano. Después de lanzar una exitosa recopilación de grandes éxitos en 1975, lanzó su décimo álbum, Izitso, que también fue disco de oro.
Alrededor de este tiempo, llegó un punto decisivo que definió su vida y carrera. Mientras nadaba, Stevens estuvo a punto de ahogarse. Frente a su muerte inminente Cat Stevens hizo una promesa: si la intervención divina podía salvarlo de ahogarse, Stevens dedicaría el resto de su vida a honrar a Dios. Según Stevens, una ola lo empujó a la costa como respuesta a sus oraciones. Poco después de este encuentro con su mortalidad, el hermano de Stevens le dio una copia del Corán como regalo de cumpleaños. Este impactó fuertemente su vida y lo hizo tomar una decisión crucial.
En 1977, Stevens se cambió el nombre a Yusuf Islam y se convirtió a la fe musulmana. Junto con su adhesión a su nueva religión, Steven decidió que ya no grabaría más música secular (música fuera de la religión) y dedicó las siguientes décadas de su vida a grabar música religiosa y tratar de hacer un mejor mundo desde la trinchera su fe.
Ese fue el retiro determinante de Cat Stevens en la cima de su éxito. Yusuf/Cat no volvió a grabar música secular hasta 2004. Desde entonces ha retomado su carrera fuera de la fe sosteniéndose en cierta nostalgia en lo que fue en el pasado pero definitivamente haciendo las delicias de un público ansioso por volver a escuchar sus grandes éxitos.
En 2014 es inducido al salón de la fama del rock & roll por Art Garfunkel. Yusuf/Cat aprovecha la ocasión para resaltar la satisfacción de haberse desviado del camino del rockero promedio y haber entregado su vida a su familia y a llevar una vida tranquila y espiritual.
Cat Stevens, el hombre con la peculiar característica de haber abandonado su carrera en pleno éxito para dedicarse a su fe. Tal vez un hecho inevitable y ese “algo” que le faltaba en su vida. Sus letras dejan reflejada esa quietud y paz poco común en la vida de excesos del rock. Pertenece a la generación que vio florecer la música de una manera increíblemente propositiva y llena de riqueza. Y así es su música. Stevens es el poseedor de la canción precisa para iluminar el día de cualquier persona y de hacerte saber que por más complicado, peligroso y lleno de incertidumbre que es este mundo en el que vivimos –hoy o en los 70’s- siempre hay un halo de perspectiva y esperanza, y este se encuentra en todas las pequeñas cosas que nos rodean, en lo más sencillo de la vida.
Stevens –como figura- se fue tan pronto como vino, pero su trabajo quedó disponible para la eternidad. Uno puede ser prolífico toda la vida y aun así cuestionar la relevancia de su trabajo. Para esta leyenda de la que hablamos fue suficiente laborar desde el corazón y entregar un trabajo musical honesto hasta que su propio llamado de vida se lo permitió. No son muchos los que pueden jactarse de eso, no solo en el ámbito musical sino en la vida diaria.
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