Hace 20 años, un 10 de marzo de 1997, se estrenaba la ahora ya clásica serie de televisión “Buffy, la cazavampiros”. Un hito en la cultura pop moderna y uno de los productos clave cuando hablamos del resurgir televisivo de la llegada del nuevo milenio.
Buffy tuvo su origen en forma de película en 1992. Un filme en clave de comedia que no tuvo mayor éxito del esperado.
Joss Whedon, escritor del guion original y creador de la serie, trajo de regreso su historia en 1997 en forma de serie por medio de la extinta cadena The WB, comenzando así con un enorme universo expandido que daría pie a una serie que terminaría alcanzando un estatus de culto.
Y es que “Buffy” es de las pocas series que supo mezclar bien y utilizar a su favor una gran cantidad de géneros. Cualquiera pensaría que estamos ante una serie de terror… pero todo lo contrario. La ganadora del Oscar American Beauty (1999) se vendía con el eslogan de “Look Closer” como una historia erótica de un padre de familia enamorándose de una lolita menor de edad y terminaba resultando todo un compendio de emociones muy profundas que analizaban la trascendencia humana. Así pues, Buffy era ese producto engañoso para la televisión, de una síntesis aparentemente boba y simple como una rubia adolescente cazando seres demoníacos sacaban personajes complejos y un abanico de tramas en las cuales se abordaban temas sumamente inteligentes e inusuales para una serie juvenil, como lo son la muerte, el sentido del destino, los apuros de la vida adulta y el empoderamiento femenino.
Buena parte de las tramas se nos relatan en tono de humor negro, resultando una serie que sabe burlarse de sí misma. La serie está repleta de diálogos ingeniosos y muchas tramas que se prestan a la comedia aun en situaciones de tensión. Y claro… también tenemos historias de gran carga dramática, muchas de ellas escritas e interpretadas de manera magistral. Es también una serie que profundiza mucho en sus personajes y no escatima en explotarlos al máximo a lo largo de las 7 temporadas. Joss Whedon supo crear historias frescas e interesantes además de sacar lo mejor de sus actores, logrando así plasmar un espléndido resultado en la pantalla mucho antes de que tuviera la oportunidad de dirigir las dos primeras películas de los Avengers con una escala a nivel presupuesto y audiencia inconmensurablemente mayor.
A pesar de tener un recorrido de 7 años, “Buffy” nunca gozó de presupuestos masivos. Aun así se las arregló para lograr escenas de acción realmente buenas.
Analizando la historia en general, podemos ver una serie que supo siempre como evolucionar para no quedarse en lo mismo. Una muy bien estructurada de principio a fin con capítulos mitológicos o centrales y autoconclusivos. Tramas que se cierran cada temporada pero que siempre tienen un hilo conductor entre sí que van más allá de la serie, creando así una mitología y llegando hasta el propio spin-off “Angel”.
La historia transcurre en un pequeño pueblo de nombre Sunnydale con la llegada de la adolescente Buffy Summers. Pronto nos ubican en un pueblo infestado de vampiros, demonios y demás fenómenos sobrenaturales. Buffy es la elegida para combatir/cazar a estos seres, los cuales muchas veces resultarían una interesante metáfora sobre crecer y las dificultades de la vida adulta, cumpliendo así con su identidad de serie juvenil.
Inicialmente los personajes que la acompañan son Giles, el vigilante de buffy, un bibliotecario que se las sabe de todas en el mundo de estos seres demoníacos. También están el torpe Xander; la inicialmente nerd y temerosa Willow; y la egocéntrica Cordelia. Además está Angel, el vampiro con alma, quien inicialmente sería el interés amoroso de la cazadora y la cosa no acabaría nada bien. Eventualmente se incorpora el hombre lobo Oz , entre otros cuantos personajes, sin olvidar al gran Spike, a quien conoceríamos inicialmente como un gran villano.
En 1999, al final de la 3ra temporada, se crea el spin-off Angel, con el personaje de Angel marchándose a vivir Los Angeles y Cordelia siguiéndole el paso. La serie pierde a dos de sus protagonistas. Los huecos se llenan con más personajes como la ex-demonio Anya Jenkins y en la 5ta temporada conocemos a la misteriosa salida-de-la-nada hermana de Buffy , quien lleva por nombre Dawn.
Las últimas dos temporadas se emitieron en la cadena UPN convirtiéndose así en una serie más oscura y apocalíptica en su tramo final. Finalmente la serie dijo adiós en mayo de 2003. Angel solo continuó una temporada más en antena tras el final de la serie madre. Y así se cierra el universo de la cazadora y el vampiro con alma, al menos en la televisión.
La historia continúa con algunas temporadas más en formato de comic, inicialmente escritas y supervisadas por el propio Joss Whedon.
La serie es también uno de esos productos que de algún modo los fans y sus creadores han cuidado y hasta el día de hoy se ha frustrado más de un intento por relanzar la franquicia sin sentido. Lo último que se supo es que estaban planeando realizar una película con otros actores y sin Joss Whedon involucrado, lo cual parece haber quedado en nada.
Buffy es una serie televisiva muy completa, amena y divertida. Reflejo también de la generación de los 90s y de una época en la que televisión se decidía a lanzar elementos más arriesgados y pensantes, algo que hoy prácticamente se ha perdido en lo que respecta a series juveniles. Pueden echarle un vistazo en Netflix, ya sea por primera vez o para recordar un poco esa época no tan lejana. La verdad es que cuando hablamos de productos como “Buffy” veinte años de distancia suenan como algo muy relativo.
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