viernes, 31 de marzo de 2017

Santa Clarita Diet. Comedia “zombie” de personalidad difusa.


Hace unas semanas Netflix estrenó Santa Clarita Diet, una comedia de humor negro protagonizada por Timothy Olyphant y Drew Barrymore (quien se convierte en una de las actrices más recientes en pasarse del cine a la televisión). La dupla de actores interpreta a Joel y Sheila, un matrimonio con una hija y agentes de bienes raíces que viven una vida mundana en Santa Clarita, California. La vida de la pareja toma un giro oscuro después de que Sheila pasa por una transformación y se convierte en un zombie que se alimenta de carne humana.


Santa Clarita Diet recuerda un poco a una comedia negra de John Waters pero muy bajada de tono. Estamos ante una extraña serie de televisión que falla en entender lo que ella misma quiere ser. No pertenece al género zombie pues se nota a leguas como quisieron alejarse todo lo posible de él (más de uno dirá mintiendo vilmente que quisieron “reinventarlo”). Las interpretaciones de Olyphant y Barrymorre son deliberadamente sobreactuadas más no hilarantes. La serie se queda a medio camino entre un humor negro sin tapujos y una comedia fársica que no termina de cuajar. Lo único que queda claro es que Santa Clarita Diet es una serie sumamente boba. A pesar de su sangrienta premisa, lo cierto es que no es sangre lo que la serie se empeña en mostrar sino una muy imprecisa crítica hacia la urbanización americana y un matrimonio en apuros que se ve envuelto en alocadas (y muchas veces malogradas) situaciones. Esta loca mezcla entre Desperate Housewives y The Walking Dead dista mucho de ser un producto de la calidad que se esperaba y al final incluso eso resulta refrescante en un portal de streaming que acostumbra lanzar proyectos que la crítica ama al instante. No tiene que convencerte de nada, sólo entretenerte; y es completamente entendible que no sea algo del agrado de la mayoría.


Santa Clarita Diet es de personalidad extraña y difusa. Aunado a eso el final de su primera temporada resulta sumamente abierto y gris. Aun así la serie tiene cierto encanto, algo casi inexplicable. Como que la propia serie sabe que es mala y a partir de ahí hay mucha libertad para hacer lo que les venga en gana para entretener. Recomendable para maratonear sin esperar mucho a cambio.


Dato: Ruben Fleischer (director de “Zombieland”, una mejor comedia de terror) intenta darle tono a la serie aventándose la dirección de los dos primeros episodios. Falla de manera muy simpática.

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