viernes, 31 de marzo de 2017

El Conjuro 2. Sustos efectivos en una secuela que no decepciona


El cine de James Wan se ha convertido ya en una especie de sub-género en el denostado cine de terror actual. Sus películas suelen ser formulaicas y estar llenas de criaturas sobrenaturales que cada vez se parecen más unas a otras, pero también debemos tener en cuenta el hecho de que el tipo simplemente es muy bueno en lo que hace. Es más, probablemente no hay nadie mejor que James Wan dirigiendo cine de terror comercial en estos momentos. Wan es excelente creando atmosferas terroríficas y aunque casi siempre peca de efectista, la formula le funciona. Sus planos largos suelen terminar con un susto facilón pero totalmente efectivo y no son muchos los directores que pueden sostener una película con ello por más de 90 minutos. Tanto “The Conjuring” de 2013 como su secuela, que hoy reseñamos, resultan de lo mejor de su filmografía.


La ahora franquicia llamada “The Conjuring” está basada en las vivencias del matrimonio de demonologos e investigadores paranormales Ed (Patrick Wilson) y Lorraine Warren (Vera Farmiga), mismos que realizaron investigaciones de los casos de actividad paranormal y casas embrujadas más sonados de los últimos 50 años. Uno podría dudar de la autenticidad de los casos presentados, pero lo cierto en que esta pareja de investigadores era bastante respetada dentro del ramo y el involucramiento de Lorraine como supervisora en ambas películas (Ed murió en 2006) le ha otorgado cierta credibilidad a la promesa de que estamos viendo algo “Basado en hechos reales”, promesa que para este punto debemos ya tomar con pinzas si nos consideramos medianamente astutos.


Esta secuela se ubica poco tiempo después de la original y se basa en otro de los famosos casos que la pareja investigó durante los 70s. Esta vez la acción se traslada al distrito de Enfield, en Londres, donde una humilde familia compuesta por una madre y sus cuatro hijos empezarán a sentir la amenaza de una fuerza sobrenatural. Ed y Lorraine entran en acción tras ser llamados por la iglesia, pero no tardamos en darnos cuenta de que esta vez hay más elementos en juego que una simple casa encantada. La principal ventaja de esta secuela es que durante todo su recorrido nos otorga la sensación de que estamos viendo algo distinto a aquella primera parte estrenada en el 2013. Si bien los trucos de James Wan son repetitivos y si eres fanático del genero ya sabrás por dónde van los tiros, la historia presentada en esta ocasión se distancia de la formula argumental de la primera y eso es definitivamente algo que se agradece con cualquier secuela. En esta ocasión el caso de la familia está lleno de dudas, a pesar de lo explicito que vemos en pantalla no sabemos si creer o no en la veracidad de lo que sucede. La fe es un tema recurrente dentro de la película y el escepticismo en esta ocasión forma parte primordial de su estructura narrativa, a diferencia de la primera, la cual no se andaba con rodeos a la hora de presentarnos una historia de fantasmas hecha y derecha.


Más allá del obligado conjunto de sustos obligatorios, “The Conjuring 2” destaca por presentar situaciones y personajes tangibles que posteriormente se ven involucrados con lo extraordinario, eso es lo que funciona en una película de este tipo, ya lo hizo” Poltergeist” en 1982 y ambas películas de “The Conjuring” siguen la misma línea. La dirección de Wan destaca por aprovechar a ese pequeño conjunto de personajes y dotarlos de verdadera vida, algo no muy común en una película del genero. Es algo que ya estaba presente en la primera parte pero se puede pensar que esta secuela lleva las cosas al siguiente nivel. La unión y el compromiso entre la pareja protagonista es uno de los elementos más entrañables y destacados del filme, así como esta nueva familia que por razones del destino se ve obligada a lidiar con situaciones sobrenaturales. Destaca la actriz Frances O’Connor como Peggy Hodgson, una madre de bajos recursos que hace lo mejor que puede para salvar a su familia de esta extraña situación, y la niña Madison Wolfe que interpreta a la hija más pequeña Janet Hodgson, gran parte del peso de la película recae en este personaje y la pequeña puede con el papel.


La ambientación en los 70s es otro de los puntos a destacar. El soundtrack, la estetica, los decorados y el panorama social de los barrios londinenses están muy bien logrados, algo que su predecesora no explotó mucho y por tanto aquí se saldan cuentas en ese aspecto.


Estamos ante una película que no pretende descubrir el hilo negro de nada y que sigue religiosamente la misma línea efectista de la primera parte (y de buena parte de la filmografía de Wan) pero que en cambio nos ofrece una historia con cierto corazón, como una lucha entre estos fantasmas mil veces vistos y unos personajes con una humanidad que queda bien reflejada en pantalla. “The Conjuring 2” es una película que sobrevive a sus expectativas, tal vez no cause el mismo impacto que su predecesora pero definitivamente es tan entretenida como esta. Y si las cartas están sobre la mesa desde el principio ¿Qué más podemos pedir?


Recomendación: “The Babadook” de 2014. Terrorífica cinta australiana de la cual “The Conjuring 2” toma prestada casi descaradamente a uno de sus personajes. No debe ser difícil saber adivinar cuál es. “The Babadook” fue nombrada por William Friedkin (director de “El Exorcista, ni más ni menos) como la cinta de horror más terrorífica que vio en su vida. Se las dejo de tarea.

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